LA
PSICOLOGÍA DEL TRABAJO
Por: G. P. Nepomniaschy
Del libro: Psico-Control y Problemas vitales del hombre.
El trabajo es la actividad principal del hombre. Además de la
labor que cumplimos para ganar la vida, que ocupa un promedio de ocho horas
diarias, aplicamos muchos esfuerzos ejerciendo otras actividades en los
trabajos caseros, trabajos extras, aficiones, deporte, obligaciones sociales,
labores desarrolladas en el ámbito del arte, la música, etc.
En total, el trabajo y nuestros sentimientos y pensamientos
enlazados con lo que hacemos componen una parte esencial de la vida y por el
carácter de nuestra relación subjetiva con ella, constituye una fuente de
contento y existencia placentera o de disgustos y sufrimientos.
El hombre no siempre alcanza asegurar su vida con el trabajo
amado e el trabajo predilecto. Para la mayoría esto es un desenvolvimiento
imprevisto de las circunstancias
vitales. Por lo tanto el trabajo por el cual nos pagan no siempre nos
satisface. Con frecuencia por no poder hallar nada más adecuado, las gentes
odian con toda su alma su trabajo. Esto es más dañino de lo que el hombre pueda
admitir en tal sentido. En este caso, como en todos los demás, la relación con
el trabajo es una índole del “trato de la vida”.
En vista de la importancia fundamental de tener siempre el
carácter animoso y positivo del “trato con la vida” y la mentalidad
optimista para conservar el nexo directo
de sintonización con las energías psíquicas beneficiosas exteriores por un lado y asegurar el tono favorable de
la fórmula del factor lento hipnótico
por otro, nuestra relación con el trabajo que hacemos adquiere por lo tanto
importancia exclusiva.
Si no está usted satisfecho con el carácter y las condiciones
de su ocupación u oficio, nada le impide buscar otro según su gusto. Pero
mientras tanto no es racional perjudicarse por eso.
Es usted enemigo de sí mismo?
Lógicamente razonando, si no tiene por ahora otro trabajo más
adecuado, involuntariamente está obligado a cumplir con lo que dispone
actualmente, a veces por largo tiempo. Cómo se puede admitir entonces que tal
condición fuese la fuente de su desdicha?
Por lo tanto es necesario cambiar su relación con el trabajo y
darle otro rumbo político-racional.
De usted depende directamente que sean estas horas de trabajo
estimuladoras de la mentalidad sana y positiva y la “alimentación” de su
subconsciente benigno, rico de “vitaminas psíquicas” y, consecuentemente, la
fuente de la salud y felicidad, o “alimentación” mala y fuente de desdichas.
Vamos a ver el caso de dos individuos que hacen igual trabajo,
en el mismo sitio, durante las mismas horas y cobrando idéntico salario. Uno de
ellos aborrece su oficio.
Cuando llega la hora de ir a trabajar, ya está con el ánimo
sombrío, se siente como un esclavo encadenado a una galera antigua.
Considerándose una víctima y empezando a trabajar con la
sensación de necesidad forzada para
existir, él no solamente odia su trabajo sino también su vida y a todos los que
les rodean.
Durante todo el transcurso del trabajo regaña, maldice su vida
y también su propio destino, o piensa en cosas ajenas. La obra resulta mal. La
administración lo ve y no aprecia mucho a tal trabajador, por ende, siempre
está bajo la amenaza de perder su empleo.
Tal manera de pensar y sentir compone el peor tipo de
sugestiones lento hipnóticas.
El subconsciente “alimentado” continuamente por modo tan malo,
percibe la idea de desesperación, la cree y cumple su trabajo de influencia
correspondiente en la esfera psíquica y física del hombre.
Esta cadena del nexo continuado de ayer a hoy y de hoy a
mañana, precede como auto-contagio ininterrumpido. Hallándose inalterablemente
en un estado de ánimo abatido y abrumado, no percibe los cambios que proceden
en él a causa de estas particularidades.
Produciendo alteraciones físicas correspondientes dentro de su
organismo, el subconsciente, con el tiempo, imprime en su rostro las huellas
del descontento.
Su aura adquiere tono “oscuro” y cada vez se ve envuelto por
más y más capas negativas y negras.
La continuidad de pensamientos pesimistas idénticos
constantemente produce, en los procesos bio-electro-químicos de su cerebro, las
energías psíquicas negativas correspondientes, que están siempre en contacto
entonal directo con las aglomeraciones exteriores de la misma índole.
A causa de tal forma, siempre atrae fracasos, desgracias y
enfermedades. Si su oficio consiste en el trato directo con clientes, dar
información, entonces se lanza contra cada uno de ellos como si fueran enemigos
que le perjudican para vivir. Su descontento de la vida y de sí mismo se
transpone sobre las personas ajenas.
En sus relaciones con los otros, ve hostilidad, en cada
pregunta, una ofensa, en cada ruego o demanda, molestias que le enfurecen.
Parece que tal hombre se esfuerza en conseguir el mayor número
posibles de enemigos. Los compañeros de trabajo le evitan, los que les conocen
esquivan el encuentro con él. Cuando llega el fin de la jornada, su psiquis a
causa de la tensión y pesimismo, está totalmente agotada y piensa a veces en el
alcohol, como un remedio salvador y se emborracha fácilmente. Sus pensamientos
incontrolados y sin disciplina saltan y vagan sin rumbo sugiriéndole ideas muy
peligrosas.
Si no tiene inclinación al alcohol, entonces, con el tiempo se
pone torpe, pierde la apariencia humana o va por el camino del delito.
El otro compañero suyo, es el contraste completo. No ve nada
mal en su oficio y hasta lo ama. Acude a su trabajo con buen humor, empieza sus
labores sonriendo.
Aplicando esmero y atención mejora constantemente los métodos
y resultados de su tarea. El gerente está contento con él y su posición es
segura.
Aplicando todas sus capacidades mentales y pensando en el
trabajo siempre encuentra algo interesante en él y no siente pesadez alguna de
la vida.
No está dominado por el espíritu de contrariedad. Si sus
compañeros le piden algo, se precipita en ayudarle en lo que puede.
A los clientes les recibe afablemente, con la máxima atención,
listo a servir y a suministrarles satisfacción completa. El tiempo pasa para él
inadvertidamente y cuando gracias al interés por el trabajo y ocupación
concentrada, llega al fin de la jornada, sale de la oficina también sonriente y
se alegra de ir a casa, unirse con su familia y divertirse.
Siempre tiene aspecto animoso y alegre. El tiempo no deja el
sello de agotamiento en su semblante. Mantiene contacto con las energías
psíquicas exteriores favorables, gracias a la mentalidad siempre optimista. Le
acompaña la suerte y siente afluencia de las fuerzas saludables espirituales y
excesos de energías físicas.
Esto le ofrece sentimientos felices en las horas libres y
cumple fácilmente sus cosas personales. De esta comparación surge la evidencia
de las ventajas de una parte y el daño de otra. Pero como ya se mencionó, el
trabajo u oficio pueden ser con frecuencia una evolución ocasional de la vida,
que a veces, van contra el gusto del hombre. Qué hacer en tal caso?
Dejar a los sentimientos y pensamientos desarrollarse
libremente por la línea del descontento, del pesimismo y convertirse en una
víctima desdichada como el retrato que hemos presentado? O se puede evitar
esto?
Por todas las razones, esto se puede y es necesario evitar!
En este sentido usted dispone del plan de relación
“político-racional” con la realidad, la mentalidad dirigida y la creencia
artificial en lo imaginado intencionalmente, con el propósito de convencer a su
subconsciente de que todo está bien y obtener, a través de su ayuda, el alivio
espiritual.
Es necesario porque, por lo menos, gracias a tal modo de
relación con el trabajo que no le agrada en realidad, usted conserva la calma,
las energías, presencia de ánimo e inventiva para encontrar otro trabajo y
mejores condiciones.
Pero si falló, admitió los pensamientos de descontento, se
conmutó a los contactos malos, aseguró para sí la auto-sugestión decaído,
entonces usted mismo se despojó de las posibilidades de salir de estas
condiciones malas y encontrar lo deseado.
Los métodos generales para obtener el control de sí mismo y el
“Criterio Objetivo”, ofrecido en los primeros capítulos de esta segunda parte
del libro, le ayudarán también en la tarea de arreglar las condiciones de
trabajo a su gusto.
Encontrándose son trabajo, especialmente sin ahorros ni nexos
aprovechables, la mayoría de las personas inmediatamente caen en el error del
miedo ante el porvenir, se tornan pesimistas y así empeoran gravemente su
difícil posición y estado.
Al admitir los pensamientos pesimistas y de temor, se
incorporan a la órbita de las influencias exteriores adversas y empiezan el
proceso pernicioso de auto-hipnosis correspondiente.
En su rostro se refleja la ansiedad, desconfianza en si mismo
e irritación. En tal estado van a pedir
algún empleo o trabajo.
Este es el segundo error que cometen y que les perjudica
mucho. Sintiéndose desdichados piden trabajo como una limosna, temerosos y
tartamudeando.
Ninguna empresa comercial, ni ningún patrono le daría el
puesto o trabajo sólo porque usted lo
necesita, o sólo para que usted no muera de hambre.
Las empresas comerciales no son instituciones benéficas. Nadie
le dará el trabajo si su especialidad no corresponde a las demandadas por la
empresa y si su trabajo no es necesario.
El salario se paga a cambio del trabajo que usted va a cumplir y pedir el trabajo es un gran
error. Hay que ofrecer colaboración.
Imagínese la diferencia entre los sentimientos de uno que no
tiene absolutamente nada y está forzado a
pedir una limosna y otro que v a vender
alguna cosa que le pertenece para conseguir dinero.
Las fuerzas, los conocimientos y las capacidades de usted,
tanto como la experiencia, son siempre los valores
que le pertenecen y cuando necesita el trabajo va entonces a vender estos valores suyos y no hay nada
que pedir.
El primero, el segundo y el tercero, no precisan de sus
valores; aunque usted les ofrezca no le van a comprar, lo mismo que no le hace
falta sólo porque alguien le pida hacerlo. Pero el cuarto o quinto tienen,
precisamente, necesidad de su trabajo y le dan colocación.
Conservando la tranquilidad, la confianza en sí mismo, la
creencia en sus fuerzas y capacidades, tolerancia y esperanza perseverante de
que alguien necesita su colaboración y le da una bienvenida adecuada,
encontrará usted lo que desee.
Ofrezca usted su colaboración serenamente, con sonrisa, con
dignidad y confianza en sus fuerzas, describa sus conocimientos, convenza que
será usted de mucha utilidad para la empresa y le darán trabajo tarde o
temprano.
En algún sitio le esperan, le necesitan. Alguna puerta se le
abrirá y le dará acogida adecuada.
Continúa…….