Og Mandino
EL VENDEDOR MÁS GRANDE DEL
MUNDO
Adaptado, libremente, del libro de Og Mandino,
con el mismo título, por
Giuseppe Isgró
1. Hoy comienzo una nueva vida. La carrera que he escogido está repleta de
oportunidades. El tiempo le enseña todas las cosas a aquel que vive para
siempre. Empero, practico el arte de la paciencia. Quiero ser el más grande de
los vendedores. Los buenos hábitos son la clave de todo éxito. Me formo cada
día mejores hábitos de trabajo. Camino erguido entre la humanidad.
2. Saludaré este día con amor.
Porque éste es el secreto más grande del éxito en todas las empresas. Solo el
poder invisible del amor puede llegar al corazón de las personas. Haré del amor
mi arma más poderosa y nadie a quien yo visite podrá defenderse de su fuerza.
Ahondaré, siempre, en busca de razones para elogiar. Saludaré este día con amor
en mi corazón. Pero, -¿cómo reaccionaré
frente a la conducta de los demás? Con amor. Porque, así como el amor es
el arma con la que me propongo abrir el corazón de las personas, el amor es,
también, mi escudo protector que me protegerá
en el mercado y me sostendrá cuando estoy solo. Me estimulará en
momentos de desánimo, pero me calmará en época de gozoso transporte. Con el uso se fortalecerá y me protegerá cada
vez más, hasta el día en que podré caminar sin estorbos entre las personas, y
cuando lo haga, mi nombre será enarbolado bien alto en el camino de la vida.
Con amor aumentaré mis ventas en un ciento por ciento y me convertiré en un
gran vendedor. Con el amor puedo acrecentar mi éxito.
3. Persistiré hasta alcanzar
el éxito:
De aquí en adelante, reconoceré que la vida me pone a prueba. Si persisto
alcanzaré el éxito. Los premios de la vida se encuentran al fin de cada jornada
y me corresponde a mí saber cuantos pasos son necesarios a fin de alcanzar mi
meta. Siempre daré un paso más. Si ese no es suficiente daré otro y aún otro.
Persistiré hasta alcanzar el éxito. Las pequeñas acciones repetidas
complementarán cualquier empresa. Mantendré los ojos fijos en las metas por
encima de mi cabeza, porque sé que en el árido desierto crece la verde
vegetación. Recordaré la antigua ley de los promedios y la adaptaré para mi
beneficio. Persistiré con la convicción de que, cada vez que resulte
infructuosa una venta, aumentarán las posibilidades de éxito en la tentativa
siguiente. Toda vez que escuche un no, me aproximará al sonido de un sí. Toda
vez que me encuentre con una mirada de desaprobación recordaré que sólo me
prepara para la sonrisa que encontraré después. Persistiré, persistiré y
persistiré de nuevo. Cada obstáculo que se me
presente, lo consideraré como un mero rodeo en el camino que me conduce
a la meta y un desafío a mi profesión. Persistiré y desarrollaré mis
habilidades. De aquí en adelante aprenderé y aplicaré otro secreto de aquellos
que sobresalen en su trabajo. Cuando haya terminado el día, sin tener en cuenta
los resultados, exitosos o no, procuraré realizar una venta más. Planto la
semilla del éxito del mañana y mi
cosecha será abundante en prosperidad, riqueza y abundancia. Saludaré el nuevo
día con confianza de que éste será el mejor día de mi vida. Persistiré, porque
sé que uno de los grandes principios del éxito es que si persisto lo
suficiente alcanzaré la victoria.
Persistiré y alcanzaré la victoria.
4. Soy la obra más grande de
la naturaleza. Proclamaré mi singularidad ante el mundo y
seré mejor cada día. Soy un ser único en la naturaleza. Soy de valor. Soy el
resultado de miles de años de progreso. Tengo potencial ilimitado. De aquí en
adelante concentraré mis esfuerzos a transformarse hasta lo máximo que mi
potencial permita. Acrecentaré mis conocimientos de la humanidad, de mí, y de
las mercancías que vendo, de manera que mis ventas se multiplicarán. Practicaré
y mejoraré y puliré las palabras que pronuncio para vender mis mercancías,
porque éste es el cimiento sobre el cual edificaré mi carrera y nunca me
olvidaré que muchos han alcanzado grandes riquezas y éxito mediante un solo
discurso de venta pronunciado con excelencia. Asimismo procuraré,
constantemente, mejorar mis modales y atractivos, puesto que son el azúcar
hacia el cual todos son atraídos. Se me han dado ojos para que vea y una mente
para que piense y ahora sé un gran secreto de la vida porque percibo por fin
que todos mis problemas y desánimos son en realidad grandes oportunidades
veladas. Nunca me engañaré por las pantallas que lleven, porque mis ojos están
abiertos. Miraré más allá de las apariencias y descubriré la realidad y las
oportunidades, siempre. Con cada victoria la próxima será más fácil. Venceré y
me convertiré en un gran vendedor, puesto que soy único, singular.
5. Aprovecharé las horas y
trabajaré con más ahínco que nunca. Haré más visitas que nunca. Venderé más que
nunca. Ganaré más dinero que nunca. Cada minuto de hoy será más frugífero y
fecundo que las horas de ayer.
6. Hoy seré dueño de mis
emociones. La naturaleza toda es un ciclo de estados de
ánimo y yo soy parte de la naturaleza. Si le ofrezco gozo y entusiasmo,
claridad y alegría, y mi tiempo me producirá una cosecha de ventas y una gran
cantidad de dinero. Aprenderé el secreto de los siglos: fuerte es aquel que
compele a sus acciones que controlen sus pensamientos. Todos los días seguiré
este plan de acción: cantaré, reiré, redoblaré mi trabajo, me lanzaré adelante
con confianza; vestiré ropa nueva, hablaré con voz vibrante, pensaré en la
riqueza futura, recordaré el éxito pasado, recordaré mis metas. Con este
conocimiento comprenderé y reconoceré el estado de ánimo de aquel a quien
visite porque sé que mañana cambiará y será un gozo visitarlo. No juzgaré más a
una persona por una sola visita; no dejaré de visitar mañana a aquel que hoy me
demuestra indiferencia. Hoy quizá no compre, pero mañana, pero mañana sí lo
hará. El conocimiento que tengo de este secreto es la llave que me abre la
puerta de la riqueza. De aquí en adelante reconoceré e identificaré el misterio
de los estados de ánimo de toda la humanidad, y en mí. Dominaré mis estados de
ánimo mediante una acción positiva y cuando haya dominado mis estados de ánimo
controlaré mi destino. Hoy controlaré mi destino y mi destino es convertirme en
el vendedor más grande del mundo. Seré dueño de mi mismo. Tengo cada día más
efectividad en mi trabajo de ventas.
7. Cultivaré el hábito de la
risa. Sonreiré y mi digestión mejorará; me reiré y
mis cargas serán aliviadas; me reiré y mi vida será alargada, porque éste es el
secreto de la larga vida y es ahora mío.
Tres palabras mencionaré frente a todo obstáculo: Esto
pasará también. Mientras pueda reírme seré siempre rico. Éste es uno de los
mayores dones de la naturaleza. Solamente con la risa y la felicidad puedo
convertirme en un verdadero éxito. Sólo con la risa y la felicidad puedo
disfrutar de los frutos de mi trabajo. Seré feliz; tendré éxito; seré el más
grande vendedor que el mundo ha conocido.
8. Hoy multiplicaré mi valor
en un ciento por ciento. Fijaré metas para el día, la semana, el mes,
el año y mi vida. Hoy sobrepasaré toda acción que realicé ayer. Mañana subiré
más alto que hoy. Siempre extenderé mis brazos más allá de lo que está a mi
alcance. Siempre ampliaré mis metas tan pronto las haya alcanzado. Procuraré
hacer que la próxima hora sea mejor que ésta; y cuando haya hecho esto lo
repetiré de nuevo y de nuevo y se producirá el asombro y la maravilla ante mis
elevados logros, en circunstancias que estas palabras se cumplen en mí.
9. Procederé ahora mismo.
La acción es mi alimento y bebida que nutrirá mi éxito. Ahora sé que para
conquistar el temor debo siempre procederé sin vacilación. Cuando esté tentado
a abandonar la lucha para comenzar mañana, pronunciaré estas palabras y
procederé de inmediato a consumar otra venta. Solamente mi acción determina mi
valor en el mercado y para multiplicar mi valor multiplicaré mi acción.
Visitaré a mil personas o más para venderle y procederé ahora mismo, porque el
ahora es todo lo que tengo. Ahora es el momento oportuno, éste es el lugar, yo
soy la persona. Procederé ahora mismo.
10.
Oraré
pidiendo directivas y orientación y oraré como un vendedor, de esta manera: Oh Creador de todas las cosas, ayúdame.
Guíame en el camino que conduce al éxito y a la felicidad, a fin de adquirir
habilidad para aprovechar mis oportunidades. Enséñame a vender y a prosperar
con amor. Ayúdame a permanecer humilde en los obstáculos y mantiene a mi vista
el premio que acompaña a la victoria. Guíame para que pueda arrancar la semilla
del éxito en el camino de la vida. Disciplíname a fin de que adquiera el hábito
de no cejar nunca y señálame la forma de usar la ley de los promedios. Enséñame
a reconocer las oportunidades de cada día y a tener la paciencia que
concentrará mis fuerzas. Contaré mis bendiciones hoy. Llena mi copa de amor a
fin de que pueda convertir a los extraños en amigos. Que todas estas cosas sean
así si es Tu voluntad. En realidad, debe existir un lugar especial para mí.
Guíame, ayúdame, señálame el camino. Déjame que llegue a ser todo lo que tienes
planeado para mí en tus planes cósmicos. Ayuda a este sincero vendedor. Guíame,
Dios.
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