sábado, 15 de marzo de 2014

EL SERVICIO Y LA AUTORREALIZACIÓN



 EL SERVICIO Y LA AUTORREALIZACIÓN

Autor: ©Giuseppe Isgró C.


Tres responsabilidades tiene el ser humano: la primera, con Dios; la segunda: con la humanidad y, la tercera, consigo mismo.
La responsabilidad con Dios, es la de cumplir con los objetivos cósmicos asignados al ser humano como metas de evolución en la realización de la gran obra; tiene libre albedrío, pero debe cumplir las leyes cósmicas acordes con los valores universales, cuyo cumplimiento constituye la practica de todas las virtudes, hasta que se gradúa de maestro de la creación. Tiene que estudiar eternamente, en los eternos y continuos ciclos de vidas, la obra universal y engrandecerla con el propio aporte. En síntesis, le corresponde cooperar con Dios, en su obra, como co-creador. Cada ser es un creador secundario de la naturaleza.
Con la humanidad, tiene un compromiso el cual consiste en la cooperación que debe prestar para la realización de la gran obra; dicha cooperación la da a través del servicio, por cuanto, sostener la vida en el planeta en que se vive constituye deber de todos, y cada uno asume el compromiso de cubrir una o varias necesidades sociales, con cuya oferta de servicio obtiene la respuesta que los requiere, y en el servicio prestado se obtiene la compensación respectiva. A la vez que el servicio permite obtener la compensación para sufragar el propio sustento, constituye a la vez, una forma de crecimiento personal, por cuanto, la variedad de situaciones que se van presentando exigen el perfeccionamiento como profesional y como persona, única manera de que se requieran los propios servicios en el espacio y tiempo.
La responsabilidad consigo mismo consiste en que, el ser humano, tiene el derecho y el deber de cuidad de sí mismo, de embellecer el espíritu,  personalidad del alma, y desarrollar los dones con que la vida le ha dotado, y realizar la  cuota de cooperación, a través del servicio, con la humanidad y con Dios, para que, oportunamente, se le pueda pagar el respectivo salario cósmico.
El servicio efectivo, generoso, oportuno, con amabilidad, constancia, recorriendo el kilometro extra, es decir, dando más de aquello por lo cual le pagan, es el medio de obtener el salario cósmico, -compensación y aprendizaje-, y además el derecho de obtener la oportunidad de asumir nuevos compromisos de servicio y obtenerlos, en el nuevo nivel de competencia que, por la experiencia y conocimiento, va adquiriendo.
¿Qué es lo que sabes hacer?
¿Qué te gusta hacer?
¿Cuál es tu vocación?
¿Cuál es tu visión del entorno en que vive y del planeta, del universo y de la vida?
¿Cuáles son tus aptitudes y fortalezas que pudieras explotar, proporcionando bienes y servicios a la colectividad?
¿Cuáles son los puntos menos fuertes que debes potenciar y desarrollar, en cuanto a cualidades, conocimientos, experiencias, etc?
¿Cuáles son las fortalezas de la zona en que tú piensas prestar el servicio?
¿Cuáles son las necesidades insatisfechas del entorno al cual piensas dedicar tu servicio, asumiendo determinadas cuotas de compromiso social,  mediante bienes y servicios determinados?
Todas estas preguntas permiten reflexionar sobre cuales deben ser los objetivos de servicios a la colectividad y cuáles los resultados que debe alcanzar para satisfacer sus propias necesidades que garanticen el éxito mínimo, en el menos favorable de los casos; cuáles los resultados que justifiquen que se dedique a la actividad y cuales los que, alcanzándolos,  le dan brillo.
Afirma:

1.  Entro al servicio del Creador Universal. (Tres veces).
2.  Ahora estoy, ya, al servicio del Creador Universal. (Tres veces).
3.  Me encuentro bajo la guía de su voluntad divina, con la investidura de su poder, en la realización de su Obra. (Una sola vez).


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